La economía mundial, cada vez más globalizada e interdependiente, depende hoy más que nunca del transporte de mercancías para el éxito del comercio internacional. Tanto que la internacionalización de empresas de transporte se ha convertido en una necesidad, como así lo demuestran las cifras: las importaciones de bienes y servicios en España suponen hoy una tercera parte del PIB, lo que significa un incremento del 10 % respecto a hace diez años.
La transformación digital en el transporte
La transformación digital de la economía ha revolucionado completamente el mercado, permitiéndonos adquirir productos procedentes de cualquier parte del mundo a tan solo un clic de distancia. Ya no hay barreras físicas para adquirir el artículo que queremos.
A lo anterior, debemos sumar la crisis que han experimentado las empresas españolas, que les ha obligado muchas veces a hacer las maletas y explorar el exterior.
Dos motivos claros de por qué el sector del transporte de mercancías necesita afrontar lo antes posible los desafíos relacionados con su desembarco en el comercio internacional.
Los principales retos del comercio internacional en las empresas de transporte
Las largas cadenas de suministro
A mayores distancias, mayor número de intermediarios, proveedores y engranajes que complicarán la trazabilidad, aumentando la probabilidad de que surjan problemas. Pero aumenta también el tiempo de resolución, ya que no es lo mismo un fallo en un camión cercano, que en uno que está a miles de kilómetros de distancia.
Factores legales y burocráticos
Especialmente aquellos países con normativas más restrictivas (China, Rusia…) exigirán una mayor formación del personal (las normativas y vocabulario técnico cambian en función del país), así como reformular la misma cadena de suministro, ya que los diferentes impuestos y aranceles pueden obligar a cambiar los lugares de abastecimiento en vistas a la eficiencia, e incluso empujar a las empresas de transporte a trabajar solo en aquellos países que presenten menos problemas burocráticos.
La optimización
Una mala trazabilidad puede significar la pérdida de varios días y un aumento de los tiempos de desplazamiento. Asimismo, una previsión de ventas o necesidades deficiente en el terreno internacional supondrá mayores dificultades de reaprovisionamiento. Por eso la optimización del proceso es fundamental, convirtiéndose en uno de los mayores retos en el transporte internacional de mercancías. Hablamos de localizar las rutas más convenientes, disminuir el tiempo de las mercancías paradas, seleccionar a los mejores proveedores o explorar todas las opciones multimodales.
Aprovechar la tecnología para la trazabilidad
La transformación digital ha convertido a la tecnología en la principal protagonista de este escenario. No es de extrañar que numerosas empresas de transporte hayan hecho una apuesta por la tecnología y la digitalización de sus procesos. Esto incluye la implementación de software de movilidad empresarial que facilite las mejores soluciones de trazabilidad para unos envíos cuyos plazos de entrega deben ser cada vez más cortos.
El mantenimiento de la calidad
Aunque los costes en aprovisionamientos puedan ser menores fuera, servirá de poco si no se mantienen los estándares nacionales de calidad. Debemos recordar que dar el salto a la internacionalización puede acabar en fracaso si es a costa de un empeoramiento del servicio.
Conclusión
No son pocos los desafíos que debe afrontar el sector del transporte de mercancías en su camino hacia la internacionalización, un camino que muchas veces viene impuesto por el propio mercado y no por el deseo de expansión.
La magnitud y complejidad del reto es considerable, si bien las características del comercio internacional ofrecen múltiples oportunidades de negocio que no debemos dejar escapar.
Para beneficiarse de todas ellas, es fundamental gestionar, supervisar y medir todo el proceso de negocio en campo sin perder la visibilidad en ningún momento. Entendiendo la analítica como parte prioritaria en la internacionalización de estas empresas. Pues, a través de ella, podremos optimizar rutas, incrementar el número de desplazamientos en menor tiempo y costes, o agilizar la toma de decisiones; alcanzando el éxito de los procesos en el comercio internacional.