La logística tiene que ser sostenible. Esta exigencia es cada vez más común en una economía que busca limitar sus emisiones contaminantes, en respuesta a una conciencia social cada vez más clara a favor del medio ambiente.
El cambio climático es una realidad cada vez más palpable. En la tarea de mitigar sus efectos estamos embarcados todos: empresas, Gobiernos y, principalmente, la sociedad, que reclama resultados tangibles y rápidos.
Esta presión social lleva a que las empresas del sector busquen reducir el impacto medioambiental de sus operaciones logísticas y de transporte, más allá de una simple cuestión de marketing.
Según un estudio de Nielsen, un 55% de los consumidores son más felices sabiendo que los productos que compran son sostenibles.
En respuesta a una petición social mayoritaria, otro análisis de Oxford Economics señala que un 88% de los responsables de logística de empresas de todo el mundo tienen claro que la sostenibilidad es un elemento crucial para su gestión, pero, sin embargo, solo un 52% de todos ellos han puesto en marcha medidas para reducir las emisiones contaminantes de las cadenas de suministro que gestionan.
La logística sostenible, una tendencia en auge
Estos porcentajes señalan que la sostenibilidad es un valor en auge en la gestión logística, pero que aún le falta un plus para trasladarse definitivamente en unas actividades en las que el precio tiene un valor determinante.
En este contexto, la sostenibilidad en logística tiene que dar un paso adelante más allá del puro marketing para convertirse en una ventaja competitiva.
Sin embargo, para ello hay que hacer una transición que permita pasar de una actividad basada en el uso de derivados del petróleo a una logística más sostenible.
Todo ello tiene que darse, además, sin que las empresas pierdan competitividad y con unos costes de inversión que puedan ser asumibles y que generen retornos.
Sostenibilidad y eficiencia
La logística es un sector heterogéneo y, en consecuencia, los avances en sostenibilidad también varían mucho de un segmento a otro.
Mientras que en la última milla y en la logística urbana, la electrificación de las flotas avanza con gran dinamismo, en la larga distancia no existen tantas opciones de mercado que permitan reducir las emisiones contaminantes con una inversión asumible y manteniendo los niveles de servicio.
Sin embargo, el proceso de transición energética hacia una logística sostenible no se basa únicamente en el cambio de los vehículos.
Existen medidas en otros ámbitos que permiten una reducción efectiva de las emisiones contaminantes en las actividades logísticas y de transporte.
Tres ámbitos de actuación para una logística sostenible
Concretamente se pueden llevar a cabo medidas en tres ámbitos en busca de una logística más sostenible:
Sobre los equipos
Sobre la operativa
Sobre la tecnología
En relación con los equipos, además de vehículos menos contaminantes, las medidas de sostenibilidad también están relacionadas con los almacenes y la intralogística, entre otros aspectos.
Por otra parte, la operativa también puede encontrar puntos de mejora para reducir la huella de carbono a través de una mejor organización de las rutas, un aprovechamiento más racional de los recursos técnicos y humanos, cambios en los flujos o técnicas de conducción eficiente, entre otros.
Finalmente, la tecnología es un factor decisivo para avanzar decisivamente hacia una logística sostenible.
Un uso intensivo de las nuevas tecnologías permite canalizar todo el flujo de datos que genera la gestión logística, para convertirla en información con la que optimizar las cadenas de suministro.
En este sentido, la tecnología permite introducir un proceso de mejora continua monitorizado para perfeccionar la operativa, eliminando redundancias y permitiendo arañar reducciones en las emisiones allá donde no hubiera sido posible de otros modos.
Un reto tecnológico
Así pues, la sostenibilidad es principalmente un reto tecnológico. Hasta ahora, la reducción en las emisiones contaminantes de las actividades logísticas ha venido impulsada por normativas cada vez más restrictivas, algo que ha sido especialmente palpable a escala global en Europa.
Pero, desde hace un par de años parece que la conciencia medioambiental ha calado con fuerza en la sociedad, que reclama una economía mas respetuosa con el medio ambiente.
El impulso social obliga a las empresas a moverse hacia una tendencia no solo consolidada, sino que, además parece imparable.
Sin embargo, pese al impulso social y político, el proceso se realizará en diferentes fases y con diversas velocidades, a medida que los avances tecnológicos lo permitan.
Se abre camino así una aproximación más realista a la logística sostenible, con una visión más amplia, que engloba, como hemos dicho anteriormente, no solo el uso de vehículos más ecológicos, sino que implica también medidas en la operativa, en el factor humano y en el uso de las nuevas tecnologías que tengan en cuenta la sostenibilidad para conseguir reducciones de las emisiones eficaces y con un alcance que no ponga en riesgo la viabilidad económica de las empresas.
Hacia una verdadera logística sostenible
En definitiva, la logística tiene que ser sostenible, pero siempre dentro de lo que permite la realidad económica y aprovechando las potencialidades que ofrece la tecnología en un período de transición imprescindible hacia una logística libre de cero emisiones en un futuro que cada vez está más cerca.
En este contexto, las tecnologías de visibilidad permiten canalizar el flujo de información en tiempo real para monitorizar en todo momento, plantear medidas de mejora, testarlas a través de simulaciones y del uso de gemelos digitales y aplicarlas ajustando los costes de la inversión y estimando con gran precisión el retorno de la inversión.
La solución FIELDEAS Track and Trace permite tener una visibilidad 360º de la cadena de suministro y generar información en tiempo real de la mercancía, así como la creación de alarmas que permitan una alerta temprana para una gestión proactiva del servicio. Además permite la gestión de las operaciones de transporte de forma 100% digital, sin papel y con total garantía jurídica. Con ello abre el camino para transitar hacia una logística eficaz, transparente y sostenible.
Conseguir una logística sostenible está cada vez más al alcance de la mano. En los próximos años, los avances permitirán impulsar la competitividad de las cadenas de suministro con cero emisiones. Este camino empieza con un uso responsable de la tecnología.