El comercio electrónico lleva ya más de un lustro ejerciendo de auténtico motor para las actividades logísticas.
El canal on-line ha facturado el año pasado en España más de 48.400 millones de euros, un 25% más que en 2018, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Además, los registros del último trimestre del pasado 2019 suman una cifra de negocio de 13.365 millones de euros, un nuevo récord trimestral, y un 23,5% más que en los últimos tres meses de 2018.
Estos fuertes crecimientos se vienen produciendo desde hace más de cinco años e implican cambios de gran calado en la gestión logística.
Así mismo, en lo que va de 2020, la crisis sanitaria ha introducido toda una serie de profundos cambios en los hábitos de consumo.
Estas modificaciones en la demanda han acelerado aún más la penetración del e-commerce en el país.
Durante lo peor de la crisis, con las estrictas medidas de confinamiento del estado de alarma, algunos operadores logísticos han llegado a mover más paquetes que durante los períodos álgidos del ‘Black Friday’ o de las navidades.
Esta situación, según los expertos, parece que se ha consolidado en un escenario en el que la incertidumbre sobre futuras medidas de confinamiento y nuevos brotes de la enfermedad parecen seguir guiando el flujo de demanda hacia el canal on-line.

La crisis sanitaria impulsa aún más el e-commerce
En este marco, el comercio electrónico sigue ganando cuota de mercado en productos en los que hasta hace unos meses tenía una presencia residual.
Además, de un tiempo a esta parte, el canal on-line también está ampliando su área de actuación, extendiéndose hacia ciudades más pequeñas e, incluso, a áreas rurales.
La velocidad a que se manejan los flujos de servicio que requiere la logística del comercio electrónico obliga a utilizar una operativa ágil, adaptada a envíos, por lo general, de pequeño tamaño y peso.
De igual manera, todos estos servicios se dirigen a una cantidad de destinos muy descentralizada, ya que suelen corresponder en su mayoría a envíos domiciliarios.
En unas actividades que se mueven a gran velocidad aumentan las posibilidades de que se generen errores en la operativa y de que se pierda información sobre la mercancía.
Esta posibilidad se produce precisamente en un momento crítico, cuando las mercancías se encuentran muy cerca de su destinatario final.
Esta pérdida de información puede producirse en las actividades de cross-docking en las que los envíos se desconsolidan en los propios muelles de una nave para repartirlos en una flota de vehículos de menor tamaño que se encargan de su distribución a nivel urbano o regional.
Además, para complicar esta operativa, la mayoría de las veces las operaciones de cross-docking se realizan por diversos operadores de múltiples empresas que confluyen en unas mismas instalaciones. Y los operarios que coinciden en un almacén para el reparto de los envíos suelen ser autónomos encargados de realizar este último tramo de entrega a destinatario final.
Por otra parte, todos estos cambios también se traducen en modificaciones en el diseño de las plataformas logísticas.
En los últimos años se vienen multiplicando proyectos que tienden a contar con dos naves diferentes.
Una de ellas, la más grande, por lo general, suele dedicarse a actividades de almacenamiento convencional.
Al mismo tiempo, otras naves satélites suelen utilizarse para realizar actividades de intercambio rápido de mercancía, generalmente la de más alta rotación.
En estas instalaciones se llevan a cabo a gran velocidad actividades de cross-docking, con desconsolidación de unidades de carga más grandes en otras más pequeñas para el último tramo de distribución.
Todas estas circunstancias dificultan muchas veces la trazabilidad de la mercancía y demuestran la necesidad de contar con un sistema de visibilidad integral.
Solo así puede garantizarse al cliente final un seguimiento total de los envíos, algo que los usuarios de comercio electrónico valoran más que el coste de los servicios.
En este sentido, FIELDEAS Track&Trace ha profundizado el desarrollo de su solución prestando especial atención a todos los parámetros que se registran en la operativa de cross-docking.
De esta manera se quiere facilitar su uso y agrupar la información que generan los diferentes actores de la cadena de suministro en un único interfaz.
Ahora, el software ofrece la posibilidad de integrar la información que generan los autónomos que realizan el último tramo de entrega para evitar cualquier posible pérdida de datos clave en el momento en el que se realiza el intercambio de mercancía entre vehículos y almacenes en las áreas de cross-docking.
En este ámbito, el software complementa los sistemas de gestión de almacenes allá donde no llegan, hasta la posibilidad de ofrecer visibilidad prácticamente a la unidad.
Concretamente, con este nuevo desarrollo FIELDEAS Track&Trace es capaz de ofrecer una visibilidad aún más profunda y detallada de la cadena de suministro, eliminando uno de los puntos ciegos más importantes que existen a lo largo de la cadena de suministro.
Por otro lado, el software también ofrece una trazabilidad de alto detalle, con el fin de reducir errores y eliminar cuellos de botella, algo que puede ser frecuente en una actividad que se realiza a gran velocidad, como es el cross-docking.
Finalmente, la aplicación también presta una especial atención al cumplimiento de indicadores de gestión en este tipo de operación logística, especialmente los relacionados con la puntualidad en los envíos o la precisión en la preparación de pedidos.
De esta manera, la solución actúa como un elemento que controla la eficiencia en las operaciones y los indicadores de gestión, sin perder de vista la atención al cliente.
