La cadena de suministro en tiempos de guerra

Vuelven los tiempos de guerra a Europa y la invasión rusa de Ucrania se convierte en una nueva prueba de estrés para la cadena de suministro.

Esta nueva crisis se suma a las provocadas por la pandemia o el ‘Brexit’ en un breve lapso de apenas dos años.

En este caso concreto, Rusia tiene un papel de primer nivel en los mercados mundiales de la energía, como uno de los principales exportadores de gas y petróleo. En concreto es el tercer principal productor de petróleo a escala global y uno de los principales de gas, llegando a copar gran parte de los suministros muchos países europeos, incluida Alemania, la locomotora de la Unión Europea.

Al mismo tiempo, Ucrania es uno de los principales graneros del mundo, con reseñables producciones de trigo y maíz, así como de aceite de girasol.

En uno y otro caso, la guerra genera impactos en los mercados internacionales de la energía y de productos alimentarios de primera necesidad, con efectos que se han dejado sentir en los consumidores finales de toda Europa desde el mismo momento en que las tropas rusas entraron en territorio ucraniano.

Además, los efectos de la guerra en el este de Europa también se extienden a otras materias primas, principalmente productos siderometalúrgicos, de los que Rusia es gran productor, así como de ciertos minerales de especial importancia para algunas industrias, incluyendo la de componentes electrónicos.

En resumen, los efectos de la invasión rusa de Ucrania sobre las cadenas de suministro internacionales comprenden:

• Incremento de los costes de transporte.

• Alteraciones en las principales rutas internacionales, especialmente de carga aérea y transporte marítimo de contenedores.

• Precios de la energía más caros, lo que aumentará los costes de las empresas de transporte, fundamentalmente de carretera y mar.

El impacto de la guerra en la cadena de suministro internacional

El conflicto armado y la imposición de duras sanciones económicas implican cambios drásticos en las economías de muchos países occidentales, fundamentalmente europeos.

• El primero de ellos es el relacionado con los precios de la energía. Europa es un continente dependiente del exterior desde un punto de vista del abastecimiento de energía

• El segundo de ellos tiene que ver con los precios de algunos de los principales alimentos.

• En paralelo al alza de precios, la invasión rusa de Ucrania provoca desabastecimiento en aquellos productos que hasta ahora se suministraban desde alguno de estos dos países.

En total, algunos cálculos estiman que más de medio millón de empresas de todo el mundo dependen en gran medida de suministros ucranianos o rusos, la mayor parte de ellas radicadas en los Estados Unidos y Europa

La guerra en el este de Europa les obliga ahora a cambiar de proveedores para mantener una actividad económica ya afectada por la pandemia, algo que disparará los costes y alimentará aún más la espiral inflacionista que se vive desde mediados del pasado 2021.

La gestión de riesgos en la cadena de suministro

La pandemia ya puso el acento durante la segunda mitad de 2020 y todo 2021 sobre la necesidad de que las empresas contaran con una estrategia de gestión de riesgos en sus cadenas de suministro.

Este instrumento permite contar con protocolos de actuación ante riesgos y amenazas previstos con anterioridad. De este modo se puede poner en marcha una respuesta inmediata ante cualquier problema en la cadena.

La gestión de riesgos se extiende no solo a los riesgos físicos, sino también a los cibernéticos, y se ha convertido en un elemento indispensable para que las empresas puedan mantener sus cadenas de suministro operativas en tiempos de incertidumbre.

La relación entre visibilidad y gestión de riesgos

Sin embargo, la gestión de riesgos implica desarrollar una visibilidad completa de la cadena para detectar cualquier brecha en la cadena.

Además, la visibilidad tiene que ser a tiempo real, con el fin de que la reacción sea inmediata. Con ello se quiere aminorar los efectos negativos del riesgo sobre la pandemia.

Así pues, una visibilidad completa y a tiempo real permiten gestionar eficazmente las tres fases de la gestión de riesgos en las cadenas de suministro

• identificación del riesgo
• comprensión del impacto del riesgo en la cadena 
• mitigación de sus efectos

FIELDEAS Track and Trace cuenta con estos dos elementos estratégicos para una gestión de riesgos integral en la cadena de suministro.

Por un lado, la herramienta genera una visibilidad end-to-end en la cadena de suministro, eliminando puntos ciegos e integrando datos de diversas fuentes para ofrecer información muy visual que permite adoptar una respuesta inmediata.

Además, FIELDEAS Track and Trace ofrece un análisis de lo que está pasando en la cadena de suministro en todo momento y a tiempo real, con lo que los gestores de la cadena tienen información inmediata de lo que pasa y de cualquier incidencia, con lo que pueden adoptar medidas correctivas en el plazo más breve posible, con el fin de recuperar la normalidad en las operaciones cuanto antes.

Hacia cadenas de suministro ágiles y resilientes para hacer frente a la guerra

El desarrollo de la visibilidad en la cadena de suministro hace que la gestión gire a dar importancia a la agilidad y la resiliencia como valores fundamentales en la gestión logística dentro de un entorno de gran incertidumbre como el actual.

En concreto, la visibilidad permite gestionar cadenas de suministro ágiles, con estructuras adaptadas a las necesidades concretas de cada operativa y con gran capacidad de reacción ante cambios inesperados en la gestión de la demanda, las necesidades de stock, así como ante alteraciones en el tiempo de llegada al mercado (time to market).

Con ello se logran minimizar los impactos que generan las oscilaciones temporales de los mercados para las operaciones logísticas se mantengan con fluidez, gracias a una operativa flexible, una aproximación integral a las necesidades logísticas y a la capacidad para detectar tendencias incipientes.

Por otra parte, la visibilidad también ayuda a reforzar la resiliencia de las cadenas de suministro a partir de cuatro principios:

• Realizar una planificación exhaustiva.

• Aprovechar los datos para realizar diagnósticos y detectar áreas de mejora.

• Diversificar proveedores.

• Establecer reservas estratégicas que permitan contar con capacidad de transporte y para almacenar inventario de seguridad.

En definitiva, las cadenas de suministro se adaptan a los tiempos de guerra para hacer frente a los cambios que la crisis bélica provoca en los mercados potenciando algunos de los aspectos que han resultado clave para mantener el suministro en estos dos últimos años, como son la agilidad para responder a nuevos desafíos y la resiliencia para desarrollar estructuras capaces de soportar el impacto de los cambios hasta encontrar nuevas maneras para encarar la transformación.