Ahora que los productos están más accesibles en el mercado que nunca y que se parecen cada vez más entre sí, nos encontramos ante el gran desafío de competir desde la cadena de suministro. Gigantes como Inditex, El Corte Inglés o Mercadona ya lo están haciendo. Se trata de una apuesta firme y diferencial de los productos a través de la eficiencia que aporta la trazabilidad.
Todos conocemos la definición de trazabilidad como la gestión y el control de los procesos de negocio que nos permiten conocer el histórico, la ubicación y la trayectoria de un producto o lote de productos a lo largo de la cadena de suministros en un momento dado, a través de unas herramientas determinadas.
Pero ahora el cliente (tanto el consumidor final como los eslabones intermedios que hay desde que un producto es fabricado hasta que llega a un domicilio) ha logrado posicionarse en el centro de toda la cadena y de todos los procesos y la única forma de llegar a él de una manera diferencial y, por tanto, dotando de valor a tu marca es una logística digital y transparente.
La transparencia en la trazabilidad y su significado
La transparencia de la cadena de trazabilidad, lejos de ser un hándicap que deja al desnudo los procesos de una compañía, puede convertirse en su principal valor diferencial, tanto con el cliente final como con los intermedios.
Hablamos de la transparencia y de conectividad en tiempo real como cultura, no como algo puntual en una operativa de trazabilidad de un producto (algo que quizás sí que se ha desarrollado más en procesos como la entrega o el reparto). La digitalización ha hecho accesible el comercio electrónico. Hablamos de conceptos que hace tan solo un par de años se antojaban inalcanzables para las pymes y autónomos que conforman más del 90% de nuestro tejido empresarial.
La expansión de las nuevas tecnologías dentro de los procesos de trazabilidad de una empresa permite reducir su coste a un ritmo vertiginoso, de manera que ya son accesibles para todas las compañías. Competir a través de ellas marcará la diferencia, porque, a su vez, la conectividad y la analítica de datos aportada por el big data abren un abanico de posibilidades de desarrollo tan amplio como inexplorado todavía.
La trazabilidad como herramienta de colaboración
Clientes y proveedores tienen en la trazabilidad una gran herramienta de colaboración. Un foco de información constante que, además, gracias al big data no muere al llegar al cliente final si no que en muchas ocasiones continúa aportando datos e información durante su uso.
Cada vez más son los elementos de nuestra vida diaria conectados, desde la televisión al coche, el reloj o la nevera. Foco de datos, de análisis y de seguimiento para continuar afinando en la estrategia de mejora de producto y de experiencia.
La transparencia como concepto es uno de los valores más demandados de todos los tiempos. La transparencia entendida como herramienta de competitividad, eficacia y de eficiencia, de colaboración.
¿Dónde podemos aplicar la trazabilidad?
Desde la medición de la huella de carbono, hasta el seguimiento de un producto en la entrega, al control de la temperatura de un medicamento o a la conducción eficiente o la geolocalización y de la gestión y optimización de rutas en tiempo real en función de atascos, obras o accidentes. Pero también podemos aplicar la trazabilidad al seguimiento de pallets o de jaulas que no retornan a la cadena (se pierden en el camino) y cuyo limbo supone una vía de escape en cuanto a competitividad.
Hablar de trazabilidad es hablar de seguridad y de control. El blockchain, a través de la codificación, encriptación y de las cadenas de bloques seguros ya aplicados a la banca online, también representa ese concepto de transparencia y trazabilidad del que hablábamos. Ahora el reto no está tanto en el desarrollo tecnológico en sí. Eso ya lo hemos conseguido. Es más, la tecnología y la conectividad en sí ya están desarrolladas y a un precio accesible para las empresas. El reto ahora está más en la visión del negocio.
¿Por qué no van a copiar las pymes las estrategias de los gigantes? ¿Por qué no ahora que la tecnología y la conectividad están al alcance de todos? Ya no es una cuestión de concepto, es una cuestión de cultura empresarial, de estrategia, de creérnoslo y apostar firme por ello. Esa es la clave de las startups que sin grandes presupuestos revolucionan mercados gracias al uso de las dos herramientas de las que hoy hablamos: tecnología y conectividad. Y de su uso sin complejos, tal y como hacen los grandes, con una visión integral de toda la cadena de suministro y de todos sus servicios.
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