Muchas cosas están cambiando con la crisis sanitaria. Hasta el punto de que, aunque todos piensan que ya nada será lo mismo, pocos están en disposición de saber hacia dónde iremos en los próximos meses.
Este marco de incertidumbre tiene su reflejo en unas actividades económicas que, en circunstancias como estas, buscan evolucionar para adaptarse a una nueva situación caracterizada por un aumento de las precauciones sanitarias a todos los niveles y un panorama económico convulso.
En términos generales, la enfermedad que ha sacudido el mundo desde finales del año pasado supondrá un impulso definitivo para el comercio electrónico y para la transformación digital en diferentes ámbitos económicos, lo que, a su vez, implicará importantes cambios sociales, con efectos sobre el ocio y la movilidad, entre otros.
Como no podía ser menos, la cadena de suministro intenta adaptarse a toda una serie de cambios que se están articulando a partir de la evolución del comportamiento de los consumidores con la llegada de medidas de confinamiento social y de aumento de las medidas sanitarias.
Por lo que respecta a este ámbito, muchos expertos estiman que, a priori y a corto plazo, la gestión logística se centrará ahora en buscar cadenas más resilientes y digitalizadas.
La gestión logística se centrará ahora en buscar cadenas más resilientes y digitalizadas.

Gestión de riesgos en plena incertidumbre
Un reciente informe de La Caixa, titulado ‘Cómo la covid-19 cambiará nuestra manera de producir’, defiende que, a raíz de la crisis sanitaria desatada por la covid-19, las nuevas cadenas de valor global serán más cortas, aunque, al tiempo, también se centrarán en contar con múltiples alternativas que les permitan garantizarse el suministro de bienes ante cualquier crisis, con un mayor énfasis en la gestión de riesgos.
Por este motivo, cada vez más expertos anticipan que la gestión del riesgo se convertirá en un elemento fundamental para garantizar que las cadenas de suministro estén libres de covid-19, así como de cualquier otro patógeno, ya que es muy probable que vuelvan a repetirse en un futuro nuevos episodios pandémicos.
Además, según múltiples analistas, las empresas del sector son conocedoras de que una limitada resiliencia, en un entorno de riesgo alto como el actual, aumenta la vulnerabilidad de las cadenas de suministro, lo que, a su vez, presiona para incrementar las inversiones destinadas a cubrir esos agujeros de seguridad.
Contar con suministros redundantes y seguros, blindados ante cualquier posible amenaza y que cumplan crecientes requisitos de salud e higiene, implicará, sin duda, un mayor esfuerzo de gestión que deberá afrontarse con un uso más intensivo de tecnologías de la información.
En este entorno, una gestión integral de la trazabilidad permitirá cumplir el doble objetivo de gestionar con mayor fluidez la mayor complejidad de la cadena logística y de poder afrontar el crecimiento de controles que se prevé

En este mismo sentido, un reciente estudio hecho público por Accenture con el título ‘Repurpose your supply chain’ resalta que la covid-19 supondrá un punto de inflexión para que las empresas piensen en asegurar sus cadenas de suministro en todos sus eslabones, ya estén integrados por grandes o por pequeñas empresas, con el fin de evitar cualquier rotura, tanto desde el punto de vista operacional, como desde el financiero.
Así mismo, el trabajo insiste en que la nueva situación exige una comprensión más profunda de los riesgos conocidos y desconocidos para la cadena de suministro, a través de plataformas predictivas y de análisis en tiempo real que permitan adoptar medidas correctivas ante cualquier incidencia con rapidez e indicadores adecuados.
Para cumplir esos objetivos existen herramientas como FIELDEAS Track&Trace, que permite una gestión integral e integrada de cualquier incidencia, lo que facilita la toma de decisiones para adoptar medidas correctoras en tiempo real, gracias a su capacidad de adaptación a las necesidades de cualquier cliente, algo especialmente relevante en momentos de crisis y cambios radicales como los actuales.
Cambios en la gestión de stocks
Así mismo, en el plano de la operativa logística, el impacto de la crisis implicará un probable aumento de la inversión en stocks. En este sentido, las empresas intentarán buscar un balance adecuado entre el nivel de existencias adecuados y el compromiso financiero que supone inmovilizar un volumen de mercancías adecuado para hacer frente a imprevistos.
Esta tendencia también requerirá de un uso más intensivo de las tecnologías de la comunicación para garantizar la trazabilidad de las mercancías, no solo en todas las fases del transporte, sino también en almacenes e instalaciones logísticas de una manera integrada, de tal manera que se pueda obtener con agilidad y certidumbre una visibilidad completa de toda la cadena de suministro.
Precisamente en este punto, FIELDEAS Track&Trace aporta información crucial sobre tiempos de viaje y plazos de entrega para poder jugar con el stock, un elemento clave de la gestión logística tras la pandemia.
En definitiva, el impulso a la digitalización en la cadena logística vendrá por una doble vía. Por un lado, es previsible que, a medida que la tecnología evoluciona y se abarata, se produzca un impulso de los procesos de automatización y de robotización.
Con ellos, muchas empresas intentarán garantizar que sus actividades logísticas críticas, como la gestión de almacenes o la preparación de pedidos en los puntos más cercanos al destinatario final, funcionan en todo caso y ante cualquier circunstancia que pueda llegar, al tiempo que evitan tener que dedicar personal para las tareas que aportan menos valor.
Por otro lado, la digitalización en la cadena de suministro también implicará una modernización de los intercambios de la documentación que viaja asociada a la mercancía a lo largo de todos los eslabones.
En este ámbito la tecnología blockchain está llamada a jugar un papel importante para garantizar la integridad y veracidad de la documentación, mientras que, una vez más, las plataformas de trazabilidad tendrán un papel fundamental no solo desde un punto de vista táctico, sino también desde una perspectiva estratégica y prospectiva, con el fin de anticipar nuevos escenarios.
La monitorización de todos los pasos que da cualquier mercancía a lo largo de la cadena de suministro y de la traza que va dejando permite adaptar los procesos, optimizar las operaciones y generar ahorros de costes, porque en un escenario tan incierto como el actual, la cadena de suministro tiene que seguir jugando un papel importante en la creación de valor y en la generación de la ventaja competitiva que supone estar en condiciones de poder llegar al mercado, independientemente de los riesgos.
