Desde hace algo más de año y medio los flujos marítimos entre Asia y los principales centros de consumo de Europa y América del norte viven un estado de alteración constante. Lo que agudiza la necesidad de obtener una visibilidad total en la cadena de suministro.
La falta de contenedores vacíos y la congestión que existe en algunos de los principales puertos chinos, como el de Yantian, por ejemplo, implican verdaderos quebraderos de cabeza para las navieras, los operadores logísticos y muchas empresas que ven cómo sus líneas de abastecimiento escapan a su control.
Situaciones de este tipo no son extrañas a la gestión logística. Incluso podrían convertirse en más habituales a medida que cambian los hábitos de consumo y las cadenas de suministro se tensan para ofrecer con garantías los tiempos de entrega que exige un comercio electrónico cada vez más asentado.
En un entorno cada vez más exigente y acelerado se hace imprescindible contar con herramientas para gestionar riesgos e incidencias que permitan contar con alternativas que permitan evitar desabastecimientos y dejar mercados sin cubrir.
Volviendo a las dificultades que viven los flujos marítimos internacionales, puede decirse que, en un escenario de afectación global de los flujos entre Asia y Europa, las empresas que mejor superarán este bache serán aquellas que hayan logrado articular rutas diferentes para superar la situación.
El efecto látigo
De este modo, grandes multinacionales de todo el planeta buscan reducir, ya que no es posible mitigar totalmente el impacto de una situación de tal gravedad, lo que se denomina efecto látigo en la cadena de suministro.
Con esta metáfora se resume el efecto que produce un ligero movimiento de muñeca breves segundos después al restallar en la punta de un látigo, multiplicando la energía que se descarga, y que, traducido a la gestión logística, supone que el encallamiento de un simple (aunque gigantesco) buque provocará efectos aún más grandes en otros puntos de la cadena de suministro en un plazo aún por ver.
Para intentar reducir el efecto látigo, las empresas que han sufrido este incidente han tenido que contar con herramientas que les hayan permitido saber en detalle qué mercancía ha quedado atrapada, así como sus destinos y la necesidad en los lugares a los que se dirigían, para establecer un esquema de trabajo alternativo.
Sin la visibilidad adecuada, ninguna de las empresas afectadas habría podido establecer planes de contingencia para gestionar la situación de la mejor manera posible en colaboración con operadores logísticos, transportistas, consignatarios y navieras.
En definitiva, no es posible realizar una adecuada gestión de riesgos sin herramientas de visibilidad completa de la cadena.

Visibilidad y gestión del riesgo
De igual modo, las herramientas de visibilidad integral de la cadena también permiten realizar un diagnóstico de la cadena de suministro para detectar momentos críticos y puntos ciegos a los que conviene prestar una especial atención.
Esto es así, sobre todo, si las herramientas de visibilidad tienen una perspectiva de negocio, con lo que el diagnóstico tiene en cuenta una mayor cantidad de factores y una visión completa del flujo, con lo que el diagnóstico será más certero.
Tal y como señala un informe de Deloitte dado a conocer el año pasado, las empresas que hayan desarrollado estrategias de continuidad de las operaciones por medio de sistemas de gestión de riesgos estarán más preparadas para poder hacer frente con éxito a eventos catastróficos que pudieran alterar los flujos logísticos.
Para conseguir esta gestión avanzada, estas empresas suelen establecer relaciones sólidas con proveedores y clientes a través de la colaboración con la idea, según señala el estudio de Deloitte, “ofrecer visibilidad a través de la red de suministro extendida a fin de comprender mejor sus riesgos y de impulsar acciones específicas según sus prioridades”, con lo que consiguen ganar la agilidad precisa para potenciar su resiliencia frente a cualquier eventualidad y reaccionar proactivamente ante amenazas en la cadena.
En este mismo sentido, la consultora también establece algunas estrategias a seguir para mejorar la gestión de riesgos en la actividad logística, entre las que destacan:
- Tener visibilidad sobre las capacidades de los proveedores de diferentes niveles para establecer planes de suministro alternativos ante cualquier percance.
- Definir diferentes variantes que permitan tener opciones una vez se produzca alguna incidencia.
- Establecer una estrategia de inventario a partir de herramientas de predicción de la demanda que tenga en cuenta posibles alteraciones en la cadena.
- Mejorar la visibilidad integral de la cadena de suministro para establecer una planificación global realista y adaptada a las necesidades concretas de cada empresa, que permita evaluar las alternativas disponibles, actuar con agilidad y ganar resiliencia en la gestión logística.
FIELDEAS Track and Trace, visibilidad para mejorar la respuesta ante los riesgos
FIELDEAS Track and Trace aúna las mejores capacidades para realizar una trazabilidad integral en la cadena de suministro con una visión de negocio global.
De este modo se consigue obtener una visión de conjunto de toda la operativa para poder tomar decisiones desde una plataforma que actúa como torre de control para gestionar con agilidad la actividad logística.
Todo ello a tiempo real y con la potencialidad de realizar una trazabilidad completa hasta la unidad, para generar información visual procedente de una amplia diversidad de fuentes y completar la transformación digital en la actividad logística y de transporte.
